La aplicación de la Norma del Ibérico en los mataderos está motivando algunos inconvenientes importantes, al incremento de personal que supone la colocación de los precintos, las bridas y a los trámites administrativos, hay que añadir la puesta en marcha en plena campaña y la mala calidad de los precintos, que se rompen.
La Norma del Ibérico ha dado mucho que hablar y seguirá siendo así, por muchos motivos, entre ellos su aplicación en los mataderos está provocando algunas importantes quejas por parte de los profesionales. En este sentido, dejando a un lado las líneas políticas, en lo pragmático quizá la más queja más extendida es la que tiene que con los precintos de calidad, que no cumplen con los mínimos, curiosamente, de calidad, según los profesionales, las bridas son muy duras, para ponerlas hay que utilizar un alicate y además al poco tiempo muchas de ellas se rompen.
Por otra parte, la aplicación de una nueva norma con la campaña de sacrificio iniciada es un problema añadido que no ayuda a la puesta en funcionamiento de los requerimientos planteados en la normativa.
A pesar de todo desde los mataderos confirman que se está cumpliendo la norma, aunque es ahora cuando se está fijando realmente el coste de su aplicación.
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