Si conducir por nuestras carreteras en verano, plagadas de obras y con un mayor número de usuarios en la vía es complicado, desde la DGT no lo arreglan poniendo radares. Un reciente estudio pone de manifiesta la mala colocación de tres de cada cuatro radares en España.

Según un reciente informe de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), el plan de radares puesto en marcha por la Dirección General de Tráfico no logró reducir en 2007 los puntos negros ni los accidentes en ellos. En nuestras carreteras existen 516 puntos de alto peligro y sólo hay radares en 139 de ellos. En la provincia salmantina existen ocho puntos negros, y sólo uno de ellos, la rotonda de Buenos Aires, cuenta con un radar de control de velocidad.

Si además sumamos circunstancias puntuales como las obras de la autovía A-66 que en los últimos días está provocando problemas y confusión debido a la falta de señalización. Como el cierre de los cuatro accesos a Béjar en la Nacional 630 que obligó a los conductores a desviarse 12 kilómetros para acceder a la ciudad.

Desde el Ayuntamiento de Cantagallo, una de las localidades afectadas, se protestará por escrito ante la Subdelegación del Gobierno por la falta de información. Sin olvidar que ya estamos inmersos en el mes de agosto, con la cantidad de festejos locales que conllevan estas fechas, y el consecuente aumento de tráfico entre pequeñas poblaciones.

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