El encuentro del sábado fue uno de los típicos de final de temporada en el que ninguno de los rivales se juega nada. En este caso ambos conjuntos llevaban varias semanas doblemente descendidos y se notó sobre el campo. El partido ni tuvo ritmo, ni intensidad, en el terreno de juego, ni emoción, ni casi público en la grada, donde, si quitamos los jugadores por aquello del covid, no habría más de 50 aficionados.
El encuentro comenzó con dominio territorial y de balón del Guijuelo, pero sin pegada. Y en el primer acercamiento del Lealtad, un rebote, la mano de Carlos Rubén y penalti que marca Maissa para poner el 0 a 1 en el minuto 17. En la segunda llegada del conjunto asturiano, en el minuto 21, Jorge coloca el 0 a 2. En el minuto 23, saque de esquina que saca Pozo y Miguel Fernández peina en el primer palo, en el que fue el primero y último del Guijuelo en el partido y del delantero en la temporada. Y a partir de ahí todo se diluye ni los locales llegaban, ni lo hacían los visitantes. Pero en el último compás de la primera parte, Jorge se acerca al área, la defensa le deja hacer y lanza cruzado para superar a Sarkauskas y ponerle el 1 a 3 al marcador y la puntilla al partido.
En la segunda parte fue un quiero y no puedo de algunos jugadores de uno y otro equipo, mezclado con un bastante de ‘a ver si se acaba ya’ del resto. En el segundo periodo lo más destacados fueron los debuts de Hugo y Pica, dos de los juveniles que este año han acompañado al primer equipo especialmente en entrenamientos diarios. Además del aplauso cerrado y compartido para el capitán Jonathan Martín, que se despedía, cuando sustituyó a Carlos Rubén.
Tras el pitido final, tristeza, alguna que otra lágrima y mucha cabeza baja entre los jugadores del C.D. Guijuelo que en muchos de los casos se despidieron así del club y de la categoría.