Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la provincia salmantina podría quedarse sin una gran parte de la población activa durante la próxima década.
El instituto fija en más de 101.000 personas las que dejarían de pertenecer a la población activa en toda Castilla y León. Lo que supone una pérdida del 6,3% de la gente que estaría capacitada para trabajar por edad.
En la próxima década, más de 52.000 personas superarán la edad de jubilación y se convertirán en pensionistas o serán jóvenes que no superarán los 16 años mínimos para poder trabajar legalmente.
Esto podría provocar un mayor colapso del sistema sanitario, puesto que 1,6 millones de personas activas en la región tendrían que pagar con su cotización a la Seguridad Social las ventajas de una creciente población que no cotiza.
En cuanto a provincias, Salamanca y Valladolid serán las más perjudicadas, teniendo la provincia salmantina previsto un incremento de casi 30.000 personas que dejarían de aportar cuotas a la Seguridad Social.
Únicamente Segovia y Ávila mejorarán su situación con el tiempo, donde el gran número de adolescentes hará crecer la población activa en los próximos diez años.