El presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero destacó que las lluvias de primavera y los acuerdos alcanzados con los regantes fueron determinantes para salvar la campaña.

El final de la campaña de riego de 2008 «garantiza un buen comienzo de la siguiente», según declaró ayer el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, al hacer balance del a campaña de riego de 2008 y las previsiones para 2009.

Por primera vez en los ochenta años de la Confederación se llegó a plantear la declaración oficial de situación de sequía en la cuenca del Duero. Sin embargo, las lluvias de abril y mayo fueron excepcionales, las lluvias registradas en primavera y los acuerdos alcanzados con los regantes fueron determinantes para salvar la última campaña de riego.
Los embalses almacenaban 1.182 hectómetros cúbicos de agua a fecha del 30 de septiembre de 2008, frente a los 1.254 de la campaña anterior. Castilla y León es la tercera región, por detrás de Andalucía y Aragón, que mayor cantidad de agua destina al regadío.

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