Los ganaderos de la provincia denuncian que pierden cerca de 30 euros por cada cerdo que crían.

La alimentación de un cerdo desde que nace hasta que es sacrificado cuesta actualmente unos 170 euros. Calculado en base a la media de comida que consume un cerdo, que está en unos 800 kilos de pienso, que cuesta unos 21 céntimos cada kilogramo.

Estas cantidades suponen que el ganadero al vender el animal para su sacrificio pierde aproximadamente 30 euros. Una situación que se ve claramente agravada tras la última sesión de la Lonja de Salamanca, en la que el precio del porcino bajó una vez más.

Desde ASACRIBER, su presidente Manuel José González, indica que la crisis del ibérico: “va a ser mucho más duradera que la crisis general, durando al menos tres años más”.

Además los ganaderos protestan en que las empresas que compran, no disponen actualmente de liquidez y que los productores reciben el pago entre cinco meses y un año después de la venta.

Por todo ello, el sector del cerdo ibérico se coloca en una complicada situación que ha de mejorar rápidamente si no se quiere perder paulatinamente toda la cabaña de animales por las pérdidas que genera a los ganaderos.

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