La celebración del Lunes de Aguas, una fecha que se celebra tradicionalmente en nuestra provincia, tiene su origen en el año 1543.

El rey Felipe II, visitó la ciudad del Tormes para asistir a su propia boda con la princesa María de Portugal. Al ver estilo de vida de los ciudadanos prohibió cualquier conducta inmoral que llevara al pecado en ese año. Algo por otro lado lógico, ya que Salamanca contaba con 8.000 estudiantes en aquella época, para los que existía toda una legión de pícaros, alcahuetas y celestinas en las tabernas charras. Amén de una buena cantidad de prostíbulos.

Cumpliendo el decreto de moralidad, las prostitutas fueron obligadas a abandonar Salamanca durante la Cuaresma. Pasada la Semana Santa, las profesionales volvían a cruzar el Tormes cumpliendo con el decreto real. El llamado “Padre Putas” encabezaba un grupo de jóvenes que se encargaban de ir a buscar a las mujeres y traerlas de vuelta a la urbe.

Los estudiantes, tras la época de abstinencia, organizaban una grandísima fiesta de recepción saliendo a recibirlas a la ribera del río. La cercanía del Tormes terminó dando a la cita su actual nombre, Lunes de Aguas. Esta celebración se ha mantenido con el tiempo y aún perdura su espíritu festivo tras la Cuaresma de esta fecha señalada plenamente laica y pagana, pero extremadamente popular.

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