La semana de entrenamientos en el primer equipo del C.D. Guijuelo continúa desarrollándose con normalidad, al equipo le restan las sesiones de mañana viernes y el sábado, de cara al choque ante el Covandonga.
Para ese día, la principal duda es la participación de Alaín Eizmendi que continúa con molestias en el codo. En el último entrenamiento de la semana pasada se volvió a resentir y ahora va entrenando poco a poco con el grupo.
Si finalmente Alaín no llega al 100 %, Chuchi contará con un total de cuatro bajas, la de los lesionados Jonathan Martín y Manu Molina, además del sancionado Kike Pina, en la tarde de ayer el Juez de Competición confirmó la sanción de un partido por acumulación de amonestaciones en diferentes partidos, en virtud del artículo 112.
La Crónica de Salamanca.
El escudo del Guijuelo no se mancha.
La imagen ofrecida por el equipo ante el Oviedo B dista mucho de la una plantilla que se juega la vida.
El CD Guijuelo atraviesa uno de los peores momentos de toda su historia con el descenso a la 3ª RFEF a la vuelta de la esquina, cada vez más cercano.
Los motivos y las razones de este crítico momento son muchos, quizá demasiados para un club que es un histórico de la Segunda B y que se ha movido desde el pasado mes de junio en el filo de la navaja, con decisiones muy desafortunadas; una detrás de otra.
El fútbol ha demostrado a lo largo de toda su historia que, haciendo las cosas lo mejor posible, hay ocasiones en las que pueden salir mal, pero que cuando se hacen mal desde el inicio, solo pueden terminar peor.
El claro ejemplo es este Guijuelo de la temporada 2020-21, que decidió dar un giro de 180 grados en el apartado deportivo con decisiones que no hay que entrar a valorar ahora, porque ya se han analizado lo suficiente.
La directiva y la dirección general deben tomar cartas en el asunto, no solo con lo que respecta al máximo responsable deportivo del Guijuelo, también en cuanto a la planificación de la plantilla (claramente errónea) con una elección de jugadores que tienen calidad, pero apenas han demostrado tener carácter y amor propio. No todos, claro está.
A estas alturas de la película, cada jugador sabe de sobra si está dando el rendimiento que debe acorde a su calidad e importancia en la categoría, no hace falta dar ningún nombre. El partido ante el Real Oviedo Vetusta destapó a unos futbolistas desganados y con desidia, con falta de actitud… y eso es absolutamente imperdonable.
El Guijuelo puede perder, claro; puede bajar a la 3ª RFEF, por supuesto, y puede hacer una temporada nefasta en lo deportivo siempre que se vacíe en el campo, que deje todo lo que tiene en cada minuto sobre un terreno de juego, ya sea partido o entrenamiento. La grada y el entorno del club dejaron claro en el transcurso y al final del choque que la mayor parte de la responsabilidad recae sobre los jugadores, no hay más.
La actitud, la entrega, el orgullo, la profesionalidad y la dignidad no se entrenan cada día en un campo de fútbol, eso se tiene o no se tiene y hay que sacarlo a relucir en los peores momentos. ¿Cómo se explica que un equipo que se juega la vida no salga a morder desde el minuto 1 al 90? ¿Cómo se entiende que tras ganar al Pontevedra solo 7 días antes la imagen sea tan diferente? Muchas cuestiones y una respuesta muy sencilla que debe buscar cada uno dentro de sí mismo.
Ahora, los ventajistas señalarán a Chuchi Jorqués como el máximo responsable; y sí, tiene su cuota de culpa, pero en este caso es el que menos de todos porque se encontró un equipo hundido y roto no solo en el terreno de juego y con demasiados vicios adquiridos del pasado.
De hecho, si el CD Guijuelo quiere empezar de nuevo a hacer las cosas bien debe cimentar las bases de su futuro con la figura de Chuchi Jorqués por encima de todo, iniciando un proyecto nuevo, ya sea en la 2ª RFEF o en la 3ª RFEF; si es en el último caso, la apuesta debe ser fuerte para volver al lugar que le corresponde al equipo ‘verde’.
Es posible que Chuchi tenga muchos defectos, todos los tenemos, pero si transmite algo es carácter, pasión, entrega y amor por el fútbol porque es su vida, la que debería ser para todos los que cobran por ello.
Se pueden perdonar muchas cosas, pero no que se manche un escudo como el del Guijuelo, eso nunca…