La Audiencia Provincial de Salamanca acogió en el día de ayer la vista oral del presunto cabecilla del fraude cárnico que afectó en 2006 a cinco empresas de las comarcas de Béjar Y Guijuelo.
El acusado que llevaba cuatro años en rebeldía en Alemania, se sentó por fin en el banquillo de los acusados por una estafa piramidal que presuntamente consiguió llevar a cabo mediante el timo del nazareno, dejando de pagar a empresas proveedoras a las que previamente se había ganado su confianza.
Se enfrenta a una pena de prisión de cuatro años que le pide el Ministerio Fiscal por un delito agravado de estafa, la misma pena a la que en 2017, y tras la celebración del juicio en el mes de marzo, fueron condenados otros tres encausados, compinches del hombre que se sentó ayer en el banquillo y que actualmente está en prisión provisional en la cárcel de Topas.