Después del accidente aéreo del pasado 20 de Agosto, ahora todo se mira con lupa, los pasajeros toman más precauciones a la hora de volar y ante el más mínimo indicio de que algo no va bien prefieren abortar el vuelo. La desconfianza se ha apoderado de los viajeros que tienen que volar, como es el caso de los 165 que tenían que tomar un avión ayer desde Tenerife hacia Salamanca y que decidieron bajarse del avión.
El avión tenía prevista su salida desde el aeropuerto Reina Sofía de Tenerife. Ante el comunicado del comandante del Boeing 737, que existía un problema en la válvula antihielo, que impedía aterrizar en un aeropuerto con previsión de bajas temperaturas, como era el caso de Matacán. 53 pasajeros decidieron bajarse por si había algún otro inconveniente, aunque el comandante insistió en que no existía ningún riesgo y que por precaución se realizaría escala en Madrid para solucionar el problema.
El resto de viajeros partió a las 10.30 horas y llegó a Madrid a las 14.24. Una vez solucionado el problema, el mismo avión despegó rumbo a Salamanca, donde llegó a las 16.08 horas.
Los 53 pasajeros que se negaron a volar pusieron una reclamación ante la compañía y pidieron que se les llevara a Salamanca en otro vuelo. Finalmente, tomaron un vuelo a las 19.26 horas rumbo a Madrid. El avión aterrizó en Barajas a las 21.40 horas y los 53 pasajeros tuvieron que ser trasladados a Salamanca en un autobús.
El empresario salmantino Juan José Hidalgo, presidente de Air Europa, aseguró que el vuelo «no tenía ningún problema de seguridad,ningún avión sale de un aeropuerto si no se encuentra al 100% para volar porque no lo permite el comandante».