En cuanto a las reacciones, tras conocer el texto de la Norma, estas no se han hecho esperar y todos los afectados han alzado la voz, dejando claro que no todos están de acuerdo y es más, las dudas sobre la normativa van dejando patente que el Ministerio sólo atiende a los intereses de un pequeña parte del sector.
Según un primer vistazo a las opiniones vertidas por unos y por otros hay una cuestión que parece quedar clara, la nueva norma le gusta a los ganaderos, así lo avala Asacriber, Asaja o Coag, por citar sólo algunos. En cuanto a los elaboradores, da la sensación que sigue abierta la brecha entre Andalucía y Castilla y León o lo que es lo mismo entre el 2% de la representación y el 80 %, que ya ha dicho que se va a reunir para presentar un frente común que continúe la lucha, que se debatirá en la mesa del ibérico.
Por otro lado, la norma ministerial no clarifica. Por muchas razones, entre ellas y quizá la más grave es el engaño de la pureza racial reflejado en las bridas de colores. Se supone que la etiqueta negra es la del mejor jamón y eso todos los productores saben que no es verdad y es más se supone que es para el ibérico 100% puro, pero no es cierto, puesto que también podemos encontrar jamones ibérico 100% puro con etiqueta verde o blanca. Es más la etiqueta roja es tanto para los jamones con discriminación racial del 75% con del 50%, puesto que no hay una diferenciación, lo que es una muestra más de lo engañosa que es la nueva norma.
Es más, hagan un ejercicio, miren el video de la rueda de prensa del Consejo de Ministros, además de la falta de seriedad, podrán encontrar varios momentos en los que ni el ministro sabe como dejar clara la norma y en los que el ministro no expone con corrección lo que dice la misma y tiene que insistir para tratar de explicarlo.
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