La nueva directora general de Tráfico, María Seguí, ha confirmado que la Dirección General de Tráfico, estudiará la propuesta presentada por una plataforma ciudadana de poner radares en los puntos negros, primando la seguridad en vez de la recaudación.
Las reivindicaciones de los colectivos de conductores y expertos en seguridad vial coinciden en colocar los radares donde hacen falta, por eso la actual directora de la DGT, María Seguí, estudiará la propuesta sobre la colocación de los cinemómetros colocados en su mayoría en las vías rápidas y no en las zonas conflictivas.
Esta medida supondría cambiar el 70% de los radares de la provincia, para ubicarlos en zonas problemáticas como medida disuasoria en vez de con fines recaudatorios, si la directora de la DGT prioriza puntos negros y carreteras secundarias sobre autovías a la hora de poner radares, según la propuesta presentada por una plataforma ciudadana, aunque reconoce que «no son tiempos demasiado abundantes y, por lo tanto, habrá que ver cuántos nuevos radares podremos poner, de momento, hay que trabajar con lo que tenemos, que es mucho».
De implantarse finalmente esta medida se daría la vuelta casi por completo, al planteamiento que ha seguido la DGT durante los últimos años sobre la función de los radares, que se han estado utilizando como modo de disuasión y, según diversos colectivos, como una importante fuente de ingresos. Para muchos, sería más interesante perseguir los excesos de velocidad en puntos problemáticos para la seguridad vial antes que en las autovías, con mucho tráfico pero pocos accidentes.
El Ministerio de Fomento tiene identificados un total de 776 Tramos de Concentración de Accidentes (TCA) en la Red de Carreteras del Estado. El plan para el tratamiento de los TCA contempla señalizarlos todos entre 2008 y 2012.