La propuesta de reforma de la Política Agraria Común de la Comisión Europea marcará las pautas para las ayudas de agricultura y la ganadería a partir de 2014 estableciendo un techo máximo de 300.000 euros por explotación según el documento que ayer presentó el comisario de Agricultura, Dacian Ciolos.

Los límites progresivos de las ayudas se establecerán de la siguiente forma. A partir de 150.000 euros de pagos directos, se reducirá el 20%; de 200.000 euros, el 40; a partir de 250.000, el 70%; y más allá de 300.000 euros, se detraerá el cien por cien.

Para calcular este tope el Ejecutivo comunitario plantea que se descuenten los salarios de los empleados declarados en el año anterior, así como impuestos y contribuciones a la Seguridad Social. El estado miembro recuperará este dinero y lo destinará a invertir en innovación e investigación.

Este régimen sustituirá al actual sistema de pago único que actualmente beneficia a los estados más antiguos de la Unión Europea. Pretende eliminar así los derechos históricos de los que gozan países como Francia y España y reducir las diferencias entre las ayudas que reciben estos y los estados de más reciente incorporación.

A partir del 2019 se establecerá un pago uniforme por hectárea en toda la UE, que funcionará como una tarifa plana, sin distinguir secano y regadío o los costes de producción de cada estado miembro.

Otra de las medidas es eliminar la cuotas de azúcar a mediados del 2016, algo que puede afectar significativamente los cultivos de remolacha de Castilla y León.

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