El número de matanzas particulares ha descendido en la última década un 60%, convirtiéndose ya en una práctica poco habitual y prácticamente anecdótica. Los cambios de hábitos y el envejecimiento de la población son la principal causa de disminución.
Durante los últimos diez años las matanzas domiciliarias han descendido un 61 por ciento de forma generalizada pasando de una práctica habitual a convertirse en algo extraordinario. Mientras que en el año 1999 se registraron 17.808 sacrificios de cerdos, los últimos datos correspondientes a 2008 corroboran esta tendencia a la baja con apenas 6.938. Según las cifras que maneja la Agencia de Protección de la Salud y Seguridad Alimentaria de la Consejería de Sanidad.
Esta tendencia a la baja comenzó en 1990, cuando se aplicó la reestructuración de los servicios veterinarios oficiales, con el consiguiente aumento de los controles que provocaron que muchas familias abandonaran esta tradición. A todo ello hay que sumar el cambio de hábitos, el envejecimiento y la despoblación del medio rural.
En el año 2000, la Junta aprobó una orden por la que se regula el reconocimiento sanitario de cerdos sacrificados en los domicilios particulares para autoconsumo. Esta normativa autoriza el sacrificio de cerdos en domicilios particulares entre el último viernes del mes de octubre y el primer domingo de abril del año siguiente, con lo que la actual campaña se extiende del 30 de octubre al 4 de abril de 2010.