En torno a 300 empleados han finalizado contrato antes que otros años debido a la situación del sector, que acusa fuertemente la crisis económica que se vive especialmente en la producción de jamones ibéricos.
Aunque la campaña continúa, lo hace a un ritmo claramente inferior comparada con años anteriores en los que algunas fábricas mantenían aún un alto número de sacrificios.
José María Julián, presidente del consejo de administración de Maguisa manifiesta que “la situación continúa mal y que no se consigue vender todo el producto almacenado”.
Los trabajadores que ya no acuden a los mataderos son los fijos discontinuos, que han visto sus contratos reducidos en el tiempo por el recorte en la campaña. Pasando de los 9 meses a los actuales 5 o 6.
Pese a la situación, todo el sector espera mejorar en la próxima campaña que comenzará en septiembre.