Los industriales que sufrieron un asalto a sus instalaciones han hecho ya recuento de los bienes que les fueron sustraídos y coinciden en que los ladrones no buscaban género sino dinero y que se trata de un grupo organizado, según la opinión de algunos empresarios de la zona.
Al no encontrar dinero en ninguna de las tres fábricas allanadas, las pérdidas se limitan a algunos jamones sueltos y a los daños producidos en las oficinas que en algunos casos son notables ya que los delincuentes destrozan el interior casi por completo.
Las fuerzas de seguridad continúan con las investigaciones para dar con los responsables de los delitos. Por su parte los industriales ultiman la contratación de seguridad privada en la zona, tal y como decidieron en la reunión mantenida en el Centro Cultural la pasada semana.