La Guardia Civil mantiene abierta una operación contra la caza furtiva, que llevó a los calabozos al Capea. Bien, pues en la segunda oleada la benemérita ha detenido a doce personas que organizaban cacerías profesionales de especies protegidas de forma ilegal.

Las doce detenciones, además de una imputación, se han realizado en Toledo, Madrid, y Salamanca, donde fueron cuatro personas. Entre los presuntos autores de la caza furtiva se encuentra, al parecer, el diestro Matías Tejela.

Durante la operación, que se ha denominado BAMBI se han intervenido numerosas armas de caza, silenciadores, focos y miras telescópicas, una taxidermia ilegal, además de cerca de 500 trofeos de caza (cabra hispánica, venados, jabalíes, muflones, gamos, rebecos) y especies protegidas como la avutarda, el turón y otras rapaces nocturnas, así como crías de animales congeladas.
Las investigaciones se iniciaron a finales del pasado año por Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza, SEPRONA, de Madrid, que han seguido durante todo este tipo la pista de los sospechosos para acabar con esta banda organizada de cazadores furtivos.

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