Ahora que el último rastro de la Navidad está siendo retirado de nuestras calles toca afrontar la cruda realidad, que no es otra que la infame cuesta de enero.
Desde el 1 de enero, el recibo de la luz cuesta un 3,3% más, el del gas de uso doméstico, un 4,8%, el del agua aumentará en torno al 3,5% y la subida del transporte público será de un 4%. Eso en cuanto a servicios primarios y de necesidad, ya que prácticamente todo se ha encarecido. Las hipotecas suben una vez más. El petróleo es uno de los malos de la historia al alcanzar precios históricos con unas subidas del barril del brent del 57%. Lo que provoca que llenar el depósito nos costará unos 10 euros más. Todo ello repercutirá en un mayor ahorro, sobre todo energético y en una contención de los gastos de consumo.
Una de las subidas más molestas proviene de la alimentación. Una familia media de cuatro miembros gastará en 2008 unos 240 euros más al mes para comer lo mismo que el año pasado. Las expectativas no son nada optimistas, ya que las asociaciones de consumidores auguran nuevas subidas durante el recién estrenado año.