La dispersión de la población dificulta la depuración de las aguas en Castilla y León. En los próximos años se construirán noventa instalaciones en la Comunidad, según los datos presentados en Salamanca por el director general de Calidad Ambiental, Juan Antonio Ruíz Díaz, durante la conmemoración del Día Mundial del Agua.
La complejidad de Castilla y León en el aspecto geográfico y de distribución de la población hace que la labor de tratamiento de las aguas para evitar la contaminación del medio ambiente presente muchas dificultades La comunidad, tiene 2.250 municipios y unos 6.000 núcleos de población, de manera que se multiplican los puntos de contaminación de las aguas. En la región aún faltan por poner en marcha 90 depuradoras. En total habría que hacer una inversión que de unos 1.000 millones de euros con el objetivo de que todos estos proyectos estén iniciados en 2015.
En la mayoría de los casos, las aguas residuales necesitan tratamientos biológicos y eliminación de sustancias como el fósforo, nutriente agrícola. Los principales problemas de calidad de las aguas en la región están en la zona del acuífero de Los Arenales, en la Cuenca del Duero, que se extiende por las provincias de Valladolid, Zamora, Salamanca, Ávila y Segovia, por sobreexplotación y presencia de arsénico.