Este jueves, 31 de octubre, se cumplirán 269 años del terremoto de Lisboa que sacudió la ciudad de Salamanca y la vida de sus ciudadanos quienes, al sentir el temblor de la tierra, se cobijaron en la Catedral. Gracias a ello, muchos, salvaron la vida y por este motivo, cada año, una persona sube a dar las gracias con el repique de las campanas y comprobar también que la torre no sigue inclinándose.
Los encargados de comenzar la tradición correspondía a los Mariquelos, una familia que vivía dentro de la Catedral y que pasaron el mandato de padres a hijos durante más de 200 años, hasta 1976, momento en el que Fabián Mesonero se convirtió en el último Mariquelo en subir a la Torre.
Desde 1985, Ángel Rufino de Haro, decidió retomar esta tradición, pero con un toque folclórico, subir a la Catedral con el traje tradicional charro y provisto de gaita y tamboril, para una vez alcanzada la cima, tocar una charrada y pedir a Dios por alguna causa. Este 2024, a partir de las 11:30h lo hará en apoyo a Debra la asociación Piel de mariposa, también por Asdace daño cerebral y en apoyo a la asociación de familiares de enfermos de alzheimer de Salamanca.