El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha informado que la Audiencia Provincial de Salamanca ha condenado a un empresario salmantino a dos años de prisión por un delito de malversación de caudales públicos por quedarse con una partida de 335 jamones procedentes de un embargo.
El acusado se comprometió con hacerse cargo como depositario y se responsabilizó de la conservación de dos partidas de jamones ibéricos de cebo que un juez había embargado en el año 2012 a su empresa como pago de una deuda a otra empresa del sector cárnico de 104.958 euros. Dos años después, a la hora de practicar la diligencia de entrega el acusado declaró que los había cambiado de sitio y finalmente, entregó 339 de los 734. No obstante, el hombre no irá a prisión bajo la condición de no delinquir durante el plazo de 3 años.