El Guijuelo ha tocado fondo, no tiene alma, ha perdido su identidad, los jugadores no tienen ‘piernas’, ni confianza y vuelve a regalar goles de benjamines.
Son palabras que pueden resumir el lamentable partido que presenciamos ayer en el Municipal de Guijuelo, especialmente si nos fijamos en las jugadas surrealistas de los goles.
Este Guijuelo ha perdido su identidad desde hace mucho tiempo, no es ese equipo que quería el balón, que creaba juego a través de la pelota y era ‘temible’ en su campo. Ahora en el Municipal los rivales sacan mucho premio.
En el partido de ayer, el equipo de Ángel Sánchez que salió a no perder, con un centro del campo muy defensivo y sin creatividad, no tiró a portería hasta el minuto 89, en el gol de Pepe Carmona.
En la primera mitad, el Osasuna B tuvo su ocasión en un disparo de Mendes que desbarató Taliby y poco más. Del Guijuelo nada de nada.
En la segunda, en el minuto 62 iba a llegar la jugada clave del encuentro, error garrafal de Taliby que no ataja el balón en una jugada que parecía sin peligro, y posteriormente placa al delantero Barbero, penalti claro que trasformaría Huelde. Con el gol, Ángel Sánchez intentó reaccionar desde el banquillo cambiando jugador por jugador y poco más, pero el Guijuelo no reaccionaba, e incluso iba a llegar el segundo tanto, en un saque largo del portero y la asistencia de Jonathan Martín al delantero Calvillo que no falló de cara a gol. Al final, Carmona en jugada individual maquilló el resultado, en otro partido para olvidar del conjunto guijuelelense.
Por cierto, desde que juega de verde y verde no gana, es una curiosidad, pero es un reflejo más de que este equipo ha perdido su esencia y su identidad y actualmente está en puestos de descenso.