La sangría en la población de la provincia de Salamanca es un dato que debería mantener todas las alertas encendidas.
Solo en el último año, según los datos adelantados por el Instituto Nacional de Estadística sobre la población a 1 de enero de 2019, la provincia salmantina ha perdido 1.607 habitantes. Una cifra que duele mucho más si nos fijamos que en los últimos 10 años son 24.742 las personas que se han dejado de residir en Salamanca, un dato demoledor, que nos dice que Salamanca cada año pierde, de media, 2.474 vecinos.
A pesar de lo dicho, actualmente algunas voces aún se atreven a decir que la despoblación se está frenando. Visto lo visto, a este ritmo habrá algún año en el que la provincia de Salamanca no pierda población, ya que no habrá gente suficiente como para que se vaya nadie.
Lo que los datos dejan patente es que la despoblación es el principal problema especialmente en Salamanca y en las provincias del Reino de León, que están perdiendo población sin que se aborde la cuestión de una forma integral y por tanto con la connivencia de los poderes establecidos.