Después de muchas semanas de dudas, de errores de bulto, de todo tipo de situaciones desechables, el Guijuelo ha acabado la primera vuelta con 23 puntos y por tanto en el camino de la salvación. Y es que con sólo repetir la desastrosa primera vuelta, en la segunda, el Guijuelo estaría salvado.
Esta coyuntura ha llegado tras la victoria del conjunto de Fabregat ante el Celta B, tras completar un buen partido en el Municipal, algo que no se había producido en todas las anteriores ocasiones que el Guijuelo jugó en casa esta temporada.
El partido, que tuvo fases de control local y visitante, tuvo dos momentos muy diferenciados. La primera parte que mostró por ambas partes un juego vibrante y la segunda en la que el juego se encorsetó, para convertirse en un pulso entre dos forzudos, que acabó en tablas.
En la primera mitad, el Guijuelo aprovechó el balón parado, con Luque como lanzador y en una de las ocasiones, en el minuto 6, un corner acabó en gol tras el remate en el primer palo entre Costa y Alende, autogol que el árbitro le dio a Alende. Con el marcador a favor, los locales controlaron todas las acometidas de los celtiñas que no contaron con ninguna ocasión clara.
En la segunda parte, el Guijuelo se centró más en cerrar el juego rival y en tratar de aprovechar alguna de sus opciones en ataque. Lo primero se cumplió, defendió todo lo que le llegó sin permitir ocasiones al rival, pero lo segundo no, ya que los locales tuvieron varias oportunidades para marcar, por lo menos 4 o 5 muy claras que acabaron en nada. Eso sí, al final tras la reanudación el marcador no se movió y la victoria se quedó en casa.
Tres puntos que sirven, entre otras muchas cosas, para afrontar las navidades un poco más tranquilos y en el puesto número 12 de la clasificación.