Carlos Rubén en un lance del partido que enfrentó al Toledo y al Guijuelo.
Carlos Rubén en un lance del partido que enfrentó al Toledo y al Guijuelo.

Después de dos jornadas para olvidar, los de Fabregat completaron ayer un partido muy serio, en el que estuvo más cerca de la victoria que su rival. Al final el Toledo empató en el último minuto, de penalti riguroso.

En la tarde de ayer el Guijuelo afrontó la tercera jornada de Liga con la necesidad de encontrar una línea de juego que le sirva para esta temporada y la acabó encontrando. Arrancó con un 5-3-2, con una clara idea presentarse como un equipo sólido en defensa, aunque con una indefinición importante en el aspecto atacante. Con el paso de los minutos y tras algunos reajustes sobre el terreno de juego, el equipo se consolidó y salvo errores puntuales o lagunas de espacio abierto por corregir, los guijuelenses taparon al rival y dejaron su portería a cero en la primera parte, gracias a un par de intervenciones de mérito de Kike Royo, que estuvo acertado en todo lo que hizo. En esta primera parte el Guijuelo acabó sumando varias ocasiones de gol alguna de ellas muy claras como la que detuvo el portero del Toledo a disparo de Suárez o el remate de cabeza de Pino que se fue al larguero. Este primer tiempo se podría resumir como un reparto de golpes que no obtuvo fruto y que dejó un empate que reflejaba el equilibrio visto en el terreno de juego.

En la segunda parte, el Guijuelo corrigió errores, leyó bien el encuentro y estuvo mejor que el Toledo. Supo como defender al rival y además con la incorporación de Luque descubrió como hacer daño al rival. Así llegó el gol, con acción de Luque que habilita a un rápido Pino, que cuando encaraba al portero acaba cediendo a Suárez, el delantero solo tuvo que empujar la pelota a la red. El Guijuelo se adelantaba en el minuto 65. Tras el gol los de Fabregat esperaron su momento, su contra y cerró filas. Delante un Toledo inoperante, no daba sensación de peligro y no disparó entre los tres palos hasta el minuto 90, cuando el árbitro pitó un riguroso penalti, porque pudo ser fuera del área y porque igual no fue ni falta. Con esta acción llegó el empate del Toledo, gol de Antón en el último suspiro.

Al final empate que supo a poco a los guijuelenses que acariciaron la victoria durante muchos minutos y que hicieron todo lo que hay que hacer para ganar, pero que al final vieron como se les escapaban dos puntos en el último minuto y de penalti riguroso.

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