Un año más se celebró de manera especial el lunes de aguas en Guijuelo que debido a la amenaza de lluvias se trasladó de lugar habitual de las últimas celebraciones, el parque de La Dehesa, a las inmediaciones del pabellón municipal que ofreció hinchables para los más pequeños mientras los adultos compartían una jornada de campo a cubierto en el frontón y en los alrededores. Desde primera hora de la mañana llegaron los primeros vecinos de la villa, dispuestos a hacerse con un buen sitio a resguardo de las posibles inclemencias meteorológicas que se anunciaban en días anteriores y que obligó a trasladar la habitual jornada de campo en el parque de La Dehesa, hasta el frontón, lugar en el que se destino un lugar para realizar la gigantesca paella con 1.200 raciones.
Poco a poco y según terminaban sus quehaceres diarios, los guijuelenses se fueron acoplando en el frontón y en las cercanías, algunos con las típicas sillas y mesas de campo y otros con artilugios más modernos para compartir una jornada de campo.
La paella realizada por el restaurador Jesús Merino, comenzó a servirse en torno a las dos del mediodía con representantes del Ayuntamiento como el alcalde, Julián Ramos y la teniente de alcalde Carmen Cortés, además de una decena de colaboradores que atendieron a las personas que se acercaban a por las raciones de paella.
El plato fue acompañado por diferentes aportaciones particulares donde no faltaron los productos ibéricos y el típico hornazo, además en la sobremesa mientras los más pequeños se divertían en los hinchables colocados en el pabellón municipal, sobre las mesas fueron apareciendo termos con café, licores y alguna que otra botella original que animó la charla hasta bien entrada la tarde, donde algunos se animaron a echar la partida.
Manolo Berrocal, concejal de festejos no dudo en mostrar su satisfacción en cuanto a la participación y animación que se pudo vivir este lunes de aguas en un escenario improvisado por el riesgo de las condiciones climatológicas que al final respetaron la jornada.