La nueva ley de ruido impone una distancia mínima de 25 metros para instalar bares, pizzerías, bocaterías, restaurantes y discotecas, para localidades con una población superior a 1.000 habitantes. Además impondrá limitadores de decibelios y placas visibles desde el exterior para facilitar la identificación del comercio y su actividad.

Esta nueva ley no ha sentado nada bien entre los dirigentes de algunos municipios, que piensan que en estos tiempos de crisis hay negocios previstos que no cumplen con los requisitos y eso perjudica el emplazamiento de nuevos negocios hosteleros. Aunque según se defendió en las Cortes esta ley fue copiada de la de Drogodependencia, ante la cual no hubo alegaciones por parte de los hosteleros.

Los municipios han encontrado un aliado para incrementar la calidad de vida de los ciudadanos, ya que loe permite exigir la instalación de limitadores que controlen los decibelios. Además tendrán que instalarse unas placas identificativas de los negocios que recogerán el historial del establecimiento.

Pero además con esta medida también se ven afectadas las obras en edificios, ya que se prohíbe realizarlas desde las 10 de la noche, hasta las 8 de la mañana, mismo horario que tendrán las zonas de carga y descarga. Además las máquinas de obras que tendrán que pasar un ensayo acústico.

A pesar de que esta ley entró en vigor el pasado 9 de agosto, los ayuntamientos dispondrán un plazo máximo de tres años para adaptar las ordenanzas a la ley.

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