Tenemos una buena selección de fútbol, también la de baloncesto gana títulos, al igual que en tenis con éxitos individuales con Rafa Nadal y con los chicos que llegan a la final de la Copa Davis, sin olvidarnos de Alonso en los coches. Pero a pesar de ser los primeros en muchas cosas, no lo somos en cuanto a calidad de vida, cayendo dos puestos. Ahora somos decimoquintos.

Óscar: Según el último Informe sobre Desarrollo Humano 2009, ‘Superando Barreras: Movilidad y desarrollo humanos’, de la ONU, España ha caído dos puestos en el Índice de Desarrollo Humano, al ser superada por Austria y Luxemburgo, y pasa a ocupar el decimoquinto lugar.

Así, España se sitúa por detrás de Noruega, que ocupa el primer puesto, Australia, Islandia, Canadá, Irlanda, Países Bajos, Suecia, Francia, Suiza, Japón, Luxemburgo, Finlandia, Estados Unidos y Austria. El Índice sobre Desarrollo Humano se calcula según el Producto Interior Bruto per cápita, la esperanza de vida, y la tasa de alfabetización de cada país.

En total, son 38 los países que forman el grupo con un desarrollo humano muy alto. La mayoría de ellos son países europeos, de América del norte y algunos de Asia y los Emiratos Árabes. En la siguiente lista están los que tienen un desarrollo alto, formado por el resto de los países europeos y la mayoría de los estados de Sudamérica. Por su parte, en la parte media y baja de la lista, aparecen sobre todo países africanos y asiáticos.

Por contra, en los quince países que encabezan la lista, la tasa de alfabetización se acerca al 100 por cien y el Producto Interior Bruto por habitante está entre 31.560 euros de España y los 79.485 dólares de Luxemburgo.
En cuanto a la esperanza de vida, un niño que nace en España tiene por delante unos 80,7 años de vida, según el índice. El país con más esperanza de vida es Japón, con 82,7 años de vida, seguido de Hong Kong con 82,2 y de Islandia y Suiza con 81,7. En el lado opuesto, un niño afgano tiene una esperanza de vida de 43,6 años, uno que nazca en la República Centroafricana, 46,7 años y uno de Sierra Leona, 47,3 años.

Si sirve de consuelo, para los supersticiosos, hemos abandonado la posición 12+1, para caer a al decimoquinta. Aunque vivamos peor, que no falte el sentido del humor que nos caracteriza.

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