Los precios del cereal durante 2008 bajaron un 45 por ciento, mientras que la cosecha de invierno supuso una producción récord de 9,3 millones de toneladas de grano.
Las causas se deben fundamentalmente a un incremento de la superficie sembrada, por la supresión de los barbechos, por la posibilidad de utilizar los derechos de retirada para cultivos herbáceos y por los buenos precios que alcanzaron los cereales en la campaña anterior, en conjunción con una climatología favorable durante la campaña.
La superficie sembrada había alcanzado las 2,2 millones de hectáreas, lo que supone un crecimiento del 12,5 por ciento respecto a la campaña anterior. Por el contrario, el coste de los medios de producción se incrementaron en un cien por ciento.