Quienes disfrutaron de la hermandad y la alegría del fin de semana fueron los quintos de 1958 que celebraron su día señalado, siendo en total 77 los participantes en los diversos actos de un programa que se ha extendido todo el fin de semana.

Los quintos disfrutaron desde el principio de un ambiente de compañerismo y amistad realmente bueno. Algo que se tradujo en alegría y disfrute, que se contagió especialmente la tarde del sábado en que se acercaron a la plaza Mayor con fuegos artificiales, actuaciones de malabares y una verbena.

El domingo disfrutaron también de una comida de confraternidad y durante los dos días pudieron vivir reencuentros y recordaron vivencias de infancia y juventud.

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